El Renting y el Leasing son dos alternativas reales de financiamiento para acceder a un vehículo cero kilómetros. Lo cierto es que aún cuando se parecen, tienen notorias diferencias dado que apuntan a distintos objetivos y público.
Mientras el primero (Renting) fue creado para ofrecer soluciones a personas naturales, el Leasing Operativo es una herramienta dirigida únicamente a empresas.
De ahí que este último solo puede ser ejecutado en operaciones relativas a bienes que puedan ser empleados en una actividad productiva de una compañía o ejercicio empresarial.
Gracias al uso de este sistema de arriendo, las empresas pueden acceder, de una manera rápida, a soluciones de movilidad para un proyecto o sección de la compañía que lo requiera, optimizando la distribución de sus recursos.
De hecho, una vez finalizado el contrato de arriendo, el titular puede solicitar una extensión del contrato o tomar un nuevo contrato de leasing.
Igual cosa ocurre con el Renting, acuerdo que se puede ampliar o renovar. Esta herramienta es ideal para quienes deseen tener un vehículo nuevo cada cierto tiempo, sin tener que preocuparse de engorrosos temas como mantenciones, seguros, impuesto verde y patente.
Este sistema nació hace ya un tiempo en Europa y en Chile está en franco crecimiento por las ventajas que entrega a sus usuarios, ya que ahorra los gastos y responsabilidades que implica ser propietario de un vehículo.
Desde Gama Leasing explican que “debido a la inclusión de estos gastos dentro de las cuotas, los pagos relativos a un contrato de Renting suelen ser generalmente más bajos que un crédito automotriz o compra inteligente”.
No obstante, aseguran que la cuota fija mensual del Renting suele ser menor a la de un crédito automotriz, lo que permite disfrutar de un auto sin las obligaciones de un propietario y con la posibilidad de renovar el vehículo cada año, olvidándose de todos los costes asociados.
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