La manera más usada para la realización del Leasing Operativo es a través de un contrato que permite que la flota esté a libre disposición de las compañías sin gastos adicionales y con muy bajo riesgo.
Continuidad operacional.
Esa es una frase que cualquier gerente de cualquier empresa conoce y que prefiere no nombrar nunca, porque cuando la escucha hay un problema caro y difícil de resolver.
Las compañías deben estar donde necesitan estar, para eso muchas veces es necesario contar con transporte adecuado para mantener la continuidad operacional de la empresa.
La solución más típica es endeudarse y destinar un alto capital de dinero para comprar camiones, camionetas o autos comerciales; con la idea de que lo que tenga que ir de un lado a otro, lo haga, pero sin detener su funcionamiento.
Pero esta solución genera otros problemas. Además de ocupar parte importante de la capacidad crediticia de la compañía: también genera una fuente de inestabilidad para la empresa, pues es necesario crear un área completa para que mantenga la continuidad operacional de la flota, pagando seguros, mantenciones, reparaciones y permisos.
Para evitar todo esto es que, desde hace un tiempo, existe en Chile el concepto del Leasing Operativo, que ya cuenta 70 mil vehículos circulando por nuestro país, y en el caso de Gama Leasing, se pronostica que se mantenga creciendo a tasas aceleradas.
Este sistema es algo así como un contrato de arriendo de largo plazo de uno o varios vehículos para empresas y organizaciones.
La idea es que estas compañías se dediquen solo a su negocio mientras que la empresa que ofrece el Leasing, como Gama Leasing, se preocupen de todo lo demás.
De hecho, acá se generan varios beneficios para el contratante, partiendo porque se establece un pago con certeza del ítem “vehículos” de la compañía, se evitan gastos adicionales y se minimiza la no disponibilidad de la flota.
La manera más usada para la realización del Leasing Operativo es a través de un contrato de largo plazo (que regularmente es de dos años), que permite que la flota esté a libre disposición de las compañías sin gastos adicionales y con muy bajo riesgo.
Esto, además, aunque se paga de manera mensual y los valores suelen ser equivalentes a la cuota de un vehículo por cada unidad, no es un crédito, por lo que se invierte mucho menos en tener esta parte de la empresa funcionando y sin limitar la capacidad de endeudamiento de la compañía, que puede disponer libremente de financiamiento para invertir en áreas más más relevantes para el core del negocio.
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